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No dormir no es normal

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No dormir no es normal - Rompiendo el ciclo del insomnio

Privación del sueño en la sociedad moderna: romper el ciclo del insomnio está lejos de ser algo común

El sueño, considerado por algunos el primo de la muerte y por otros un refugio contra la dureza de la realidad, sigue siendo un enigma fascinante. A pesar de nuestro anhelo colectivo por ello, pocos pueden afirmar que realmente aprovechan su poder rejuvenecedor.

En un mundo que nunca deja de tener prisa, la falta de sueño se ha infiltrado sigilosamente en nuestras vidas, propagándose como una epidemia silenciosa. Muchos afectados normalizan su insomnio, mientras que los gritos de ayuda más fuertes a menudo no son escuchados.

 

La pesadilla estadística del insomnio

Según varios estudios sobre el sueño realizados por instituciones de renombre, un número peligrosamente alto de personas sufre falta de sueño, algo que la Organización Mundial de la Salud considera una epidemia.

Pero ¿por qué, uno podría preguntarse, la tierra del asentimiento es tan esquiva para muchos?

Para el insomne ​​de hoy en día, los culpables son múltiples e incluyen potentes distracciones de la tecnología, el desgarrador peso del estrés de las muchas obligaciones de la vida y los cambios sociales que otorgan un valor cada vez mayor a la productividad y las efímeras horas de vigilia.

Estos factores llevan a las personas a recurrir a formas de escapismo menos saludables, como el alcohol, las drogas, los cigarrillos, las redes sociales y más.

 

Puede ver más aquí " Síntomas de insomnio, pesadillas y riesgo de suicidio: la duración de las alteraciones del sueño importa " por Michael R. Nadorff , Ph.D., Sarra Nazem , MS y Amy Fiske , Ph.D., CBSM

 

La sociedad hiperestimulante: un plan para las noches de insomnio

El mundo moderno es un carnaval incesante de colores vivos, sonidos fuertes y movimiento incesante.

Las plataformas de redes sociales engendran un ciclo de urgencia artificial, las piedras angulares del consumismo generan una cultura de comprar y nunca dormir, mientras que el lugar de trabajo competitivo sugiere de manera plausible la práctica sobrehumana de funcionar con un descanso mínimo.

Las noches son para apresurarse, las siestas son para los débiles, o eso es lo que se dice, perpetuando ciclos de sacrificio de sueño.

No desconectarse en un entorno así no es un mero fracaso personal; es una respuesta a presiones sistémicas y distorsiones de valores que se filtran en el mortero mismo de nuestra construcción social.

 

Lo insidioso de normalizar la privación del sueño

Hay un curioso masoquismo colectivo que ha descendido, donde se concede el derecho de fanfarronear a aquellos que pueden encender la vela proverbial en ambos extremos.

El ethos jactancioso de "dormiré cuando esté muerto" subraya una preocupante normalidad que ha adquirido el insomnio.

Pocos cuestionan la narrativa de que comprometer nuestro sueño es una parte esperada del trato de la vida, como si en nuestro contrato con la modernidad, la luz del día fuera para hacer y la noche, bueno, tal vez ya no haya tiempo para soñar.

 

Rompiendo el estigma: dormir no es para personas frágiles

Este es el primer paso para salvar nuestro sueño y, por extensión, nuestra salud. Dormir no es un lujo, no es para los débiles de corazón ni es simplemente un respiro de un día agobiante.

Es una necesidad absoluta y tratarla como tal es señal de sabiduría y fortaleza.

Para luchar contra el estigma, debemos cambiar nuestra percepción del sueño, promocionando los beneficios de la creatividad, la salud y la productividad que otorga, en lugar del miedo inducido por FOMO a perdernos los acontecimientos del mundo de vigilia.

 

Aprender a descansar en un mundo inquieto

Si bien hacer retroceder el reloj tecnológico puede no ser factible ni deseable, dominar el arte del descanso es una habilidad que debe perfeccionarse.

Es hora de recuperar nuestras habitaciones de las garras de los dispositivos digitales, de restaurar la santidad del sueño frente al incesante zumbido.

Comprender las fuentes de nuestro insomnio es clave.

Desde factores de influencia tangibles como el colchón en el que dormimos hasta las demandas intangibles de nuestro reloj interno, existen innumerables factores que podrían marcar la diferencia entre dar vueltas y dar vueltas y un sueño nocturno profundo y regenerativo.

 

1. El colchón adecuado para un buen descanso nocturno

Su colchón podría ser la llave, literalmente, de sus sueños.

Estudios e informes de consumidores recientes han destacado la correlación directa entre el soporte, la comodidad y la calidad de un colchón y el sueño que facilita.

No se trata sólo de contar ovejas o de cuentos antes de dormir; La ciencia detrás de las superficies para dormir está saliendo rápidamente a la luz del día.

Sabemos que elegir un colchón puede ser un desafío porque no parece haber mucho conocimiento generalizado al respecto, por eso nuestro blog está aquí para ayudarte en esta tarea. Puedes consultarlo aquí: Guía para elegir el mejor colchón .

 

2. Higiene del sueño: más que sábanas limpias

Imagínese si su dormitorio le preparara para dormir de forma pasiva, con la sencillez de una habitación bien diseñada.

Ésta es la esencia de la higiene del sueño: crear un ambiente que inconscientemente le indique a su cuerpo que es hora de relajarse. Puedes ver más aquí en Dormitorio.

Desde la combinación de colores hasta el desorden, la estética de su espacio para dormir puede ejercer un poderoso efecto en la mente.

 

3. Tratamientos energéticos y desintoxicaciones tecnológicas

En armonía con el entorno, la rutina y el hábito desempeñan un papel fundamental en la preparación para el descanso. 

Apague los dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse, disfrute de un relajante ritual antes de dormir (yoga, lectura, meditación) y observe un horario constante para ayudar a regular el reloj interno del cuerpo.

 

Únase al círculo del sueño

Podemos optar por seguir dando tumbos durante nuestros días, impulsados ​​por la cafeína y la adrenalina, o podemos tomar el proverbial toro por sus tranquilos cuernos y recuperar la alegría, la vitalidad y la promesa que encierra cada noche.

Es una invitación a unirse al Slumber Circle, para propagar el concepto de que dormir bien por la noche es un acto supremo de cuidado personal, no un privilegio.

El círculo está abierto y dentro de él encontraremos la resolución de redefinir nuestras noches y, al hacerlo, redefinir nuestros días.

Es hora de hacer que el sueño, profundo y revitalizante, no sólo sea posible sino la nueva normalidad.

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